En este momento más que en cualquier otro recuerdo que la estupidez humana nunca debe ser subestimada, tal como me lo enseñara Albert Einstein cuando inmortalizó la certera frase: "Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro".
Pero quizás quien dijo lo que más se acerca a mis pensamientos en este momento fue Jean de la Fontaine en "Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda", como el planking, el owling o el modo kamikaze en la que la gente prefiere suicidarse moralmente cambiando su imagen de persona inteligente que tanto le ha costado construir por la mera supervivencia social a través del lambonismo extremo.
Pero cuando pienso en las palabras de Martin Luther King es que me horrorizo todavía más: "Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda". Es que, con lo que cuesta encontrar personas respetables en esta vida, el desperdicio de la capacidad intelectual se hace más chocante cada vez que lo adviertes.
¡Ay, que pesar! Cada vez que recuerdo esas frases anónimas y miro a mi alrededor, un hondo suspiro se me escapa.
Y la resignación me tienta cuando viene a mi mente aquello que dijera Eduardo Féliz Lazzarich hace tanto tiempo "El mundo y su estupidez es una constante evolutiva y permanente", que junto a las famosas frases de "Nunca atribuyas a la malicia lo que puede explicar la estupidez" (autor desconocido), "No hay cosa más grande que la estupidez humana" de Víctor Yaotl De Noriega y a aquellas palabras de Masahide "La ignorancia puede ser curada, pero la estupidez no", termina desarmándome de a momentos.
Para concluir, Carbayobsky, sin siquiera imaginarlo, aconseja mi proceder cuando afirma "Responder a lo obvio es alimentar la estupidez del que pregunta".
Jatnna Massiel Concepción
OMG!
Pero quizás quien dijo lo que más se acerca a mis pensamientos en este momento fue Jean de la Fontaine en "Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda", como el planking, el owling o el modo kamikaze en la que la gente prefiere suicidarse moralmente cambiando su imagen de persona inteligente que tanto le ha costado construir por la mera supervivencia social a través del lambonismo extremo.
Pero cuando pienso en las palabras de Martin Luther King es que me horrorizo todavía más: "Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda". Es que, con lo que cuesta encontrar personas respetables en esta vida, el desperdicio de la capacidad intelectual se hace más chocante cada vez que lo adviertes.
¡Ay, que pesar! Cada vez que recuerdo esas frases anónimas y miro a mi alrededor, un hondo suspiro se me escapa.
- "La diferencia entre la genialidad y estupidez es que la genialidad tiene límites."
- "La inteligencia tiene sus límites, la estupidez no".
- "Albert Einstein llegó a la conclusión de que la estupidez humana es infinita. Yo llegué a la conclusión de que se quedó corto."
Y la resignación me tienta cuando viene a mi mente aquello que dijera Eduardo Féliz Lazzarich hace tanto tiempo "El mundo y su estupidez es una constante evolutiva y permanente", que junto a las famosas frases de "Nunca atribuyas a la malicia lo que puede explicar la estupidez" (autor desconocido), "No hay cosa más grande que la estupidez humana" de Víctor Yaotl De Noriega y a aquellas palabras de Masahide "La ignorancia puede ser curada, pero la estupidez no", termina desarmándome de a momentos.
Para concluir, Carbayobsky, sin siquiera imaginarlo, aconseja mi proceder cuando afirma "Responder a lo obvio es alimentar la estupidez del que pregunta".
Jatnna Massiel Concepción
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